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Foro para el grupo de fans de David Nalbandian: David Nalbandian es un ídolo total. - www.davidnalbandianesunidolototal.com


    Entrevista a David - Diario "Dia a día" - 19/07/09

    Tamar
    Tamar
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    Mensajes : 196
    Fecha de inscripción : 08/12/2008

    Entrevista a David - Diario "Dia a día" - 19/07/09 Empty Entrevista a David - Diario "Dia a día" - 19/07/09

    Mensaje  Tamar Sáb Ago 01, 2009 3:45 am

    Nalbandian: No se me pasó el tren

    David Nalbandian está en plena recuperación tras su operación en la cadera. Asegura que no piensa en el retiro y que le quedan dos o tres años más de carrera en el alto nivel.

    El hombre en cuestión se agranda cuando lo achican y de esa reacción saca sus fuerzas. Corajudo para las difíciles, le encanta meterse en los laberintos de las situaciones límites porque sabe que cuenta con las armas para dar con la salida. Si siempre fue así, porqué no habría de estar entero para jugar el partido más duro que va a jugar fuera de una cancha: el de la recuperación de una complicada lesión de cadera (ver aparte).

    Ése es David Nalbandian. Contestatario por naturaleza, percibe que en el ambiente del tenis hay serias dudas sobre si volverá a ser el que fue: uno de los tenistas más talentosos del planeta, uno de esos rivales a los que nadie quiere enfrentar. David pretende demostrar que sí será el que fue y, al respecto, hay buenos indicios para él... Por estos días dejó Unquillo para permanecer en Buenos Aires, donde está cumpliendo con los controles médicos.

    Entre consultorios y algunos compromisos sociales que tenía pautados, David atiende el llamado de Día a Día. Dice estar “tranquilo”, todavía “sin ansiedad” y con “mucho optimismo” para desarrollar lo que le falta de recuperación (entre cinco o seis meses). “Por suerte va todo como esperábamos”, se alegra.

    “De acá a un tiempo empezaré a jugar al tenis media hora y luego una hora por día. Y así seguiré preparándome para entrenar un poco más fuerte. No me veo dentro del circuito hasta el año que viene”, apunta como si fuera un doctor dando un diagnóstico.

    Cuenta que su fajina diaria incluye a veces doble turno, con tareas de gimnasio de tonificación muscular y de bicicleta, pero que a la raqueta ni la ha tocado.

    –¿Tenés alguna intuición respecto a cómo vas a volver?
    –No tengo ninguna sensación tenística por ahora. Estoy como una persona cualquiera, sin hacer nada de tenis. Hasta que no le dé a una pelotita en una cancha de tenis no creo que pueda decir cómo voy a estar o cómo voy a volver para la alta competencia.

    –¿No temés que se acabe tu carrera con las consecuencias de una lesión tan complicada?
    –No, para nada. Sé que se dice que se me pasó el tren. No creo que sea así. No se me pasó el tren, espero. Pienso que, mínimo, me quedan entre dos o tres años más de carrera en el más alto nivel. Hay diferencias entre lo mío y lo que le pasó a Kuerten (Guga también tuvo una operación de cadera y nunca fue el mismo) y lo que le pasó a Hewitt (el australiano tuvo una operación similar, pero pudo volver a jugar en buen nivel; llegó a cuartos en Wimbledon). Tampoco pienso en el retiro, pienso que dejaré de jugar cuando ya no tenga más ganas y eso no me pasa por ahora. Creo que voy a volver excelentemente bien después de lo que me dijeron los médicos. Estoy con ganas.

    –¿Las mismas ganas de ganar la Copa Davis?
    –Por supuesto. Ojalá la ganemos alguna vez. Pienso que seguimos teniendo equipo para hacerlo. Pero después hay muchas circunstancias a la hora de cada serie: cómo llegan los jugadores, el calendario, las superficies. No es tan fácil.

    –Tras la derrota con República Checa, la mayoría de los comentarios coincidieron en que para ganar la Davis, Argentina necesita de Del Potro y Nalbandian. ¿Cómo lo ves?
    –Puede ser, pero depende de lo que decía antes. Es como el tema del dobles, del cual todos hablaron también. Hay países en los que se trabaja con una pareja estable, pero es otra cuestión para trabajar. No es tan fácil hacerlo entre los argentinos y con los compromisos que hay como singles. Hay que ver.

    Su lesión

    Cadera. Los problemas en un cartílago de la cadera se le acentuaron en abril de 2008, tras la serie de Davis ante Suecia. DOLOR. Jugó casi un año con molestias, hasta que fue operado en mayo, en Barcelona.

    Regreso. Le faltan entre cinco y seis meses para volver a jugar. Ranking. Está 15º. Lo tiene protegido. Significa que no deberá jugar clasificaciones para entrar a los cuadros principales de los torneos importantes.

    Link: http://www.diaadia.com.ar/?q=content/nalbandian-no-se-me-paso-el-tren-0

    "Nunca me quitó el sueño ser el número 1"

    David y el balance de sus 10 años en la ATP: “No tengo nada que reprocharme, estoy satisfecho”.

    Jugaba en las mismas canchas en las que juegan hoy los nenes, los jóvenes, los cuarentones, los cincuentones o los eternos amateurs del ex deporte blanco, ahora ya de todos. Jugaba con el mismo espíritu de esos que con lo que pueden tratan de hacer lo que quieren. Esos que, con tiros cortados, saques lentos, drops poco convencionales y reveses extraños, juegan a ser tenistas profesionales, con remeras de profesionales y raquetas de profesionales, como si estuvieran ante miles de personas que los siguen para saber cómo les va, si llegaron a la final o si ganaron algún título.

    Jugaba y su cabellera rubia era reconocida en el ambiente. Se sabía que con sus revés a dos manos era capaz de sacar de la cancha muñequeando y que, si el partido estaba difícil, ganaba con el aplomo de un tipo que tenía temple: en los momentos en los que se espera que el otro erre o la deje en la red, él buscaba un tiro a las líneas. En las canchas de Juniors, Universitario, Palermo Bajo y varias más del circuito cordobés de aficionados, se veía en él a un distinto. Uno de esos chicos que los padres de sus compañeros se quedan a ver pelotear. Es que se percibe cuando hay alguien diferente. Es el sonido de la pelota cuando la raqueta la impacta, es el ruido de las zapatillas surcando el polvo de ladrillo, es el ritmo de la respiración en el movimiento, es ese algo que abarca técnica y personalidad.

    A ese algo lo tuvo desde los cuatro años y lo fue puliendo paulatinamente. Muchos de los profes que dan clases hoy en los clubes cordobeses (los que no pudieron dar el salto hacia la ATP), cuentan que lo enfrentaron. Y hasta algunos dicen que le ganaron, que le metieron algún que otro drop al que no llegó y por el cual se sonrojó o insultó, como si se tratara de la humillación que padece quien se come un caño en un partido de fútbol.

    Muchos dicen tanto de ese pibe que tenía una pasta que se le veía desde Córdoba hasta Unquillo. Tenía 12 años y ya era capo. La Asociación Argentina de Tenis lo venía siguiendo y lo subió al tren de una preparación profesionalizada. Todo para que en el futuro se transformara en uno de los mejores del mundo. A los 16, ganó el US Open junior (en 1998) y ya estaba en la conversación junto con los Coria, Federer y otros pequeños talentosos que ya pintaban para ser los actores principales de la era post Agassi-Sampras. Y el tren lo llevó a la ATP. En 2000 se hizo profesional, llegando a donde casi todos quieren llegar y pocos llegan (ver destacados arriba).

    Esta parte de la historia de Nalbandian ya es más o menos conocida, pero tiene otra dimensión a esta altura de su carrera, con 10 años en el lomo, con 454 partidos (306 triunfos y 148 derrotas) y miles de kilómetros de viajes por el mundo.

    “Miro para atrás y parece que fuera un viejo, ja. Todo lo que pasó, ¿no? Estoy más que satisfecho con mi carrera, no tengo nada que reprocharme. Me acuerdo de ese primer partido en 2000, contra Courier (Jim, un estadounidense que fue 1 del mundo). Venía haciendo challengers y todo el ascenso de junior a profesional y encontrarme ahí fue increíble. Encima era el último torneo de Courier. El resultado no importaba (perdió en tres sets, 5-7 en el tercero), lo bueno era estar ahí”, dice con la onda de un muchacho curtido en experiencia y con la capacidad de mirar siempre para adelante, aunque lúcido para saber valorar el pasado.

    Este descendiente de una familia de origen armenio nació en el día de año nuevo de 1982. Su abuelo lo metió en el tenis y su viaje en este deporte no terminó para él. Como ya dijo, espera volver en “excelentes condiciones” para la picadora de carne y de cerebros que es el circuito. “Acá no se puede aflojar, siempre hay que evolucionar”, asegura.

    –¿No te “rompe la cabeza” esa exigencia que supuestamente terminó con la carrera de muchos?
    –Llevo muchos años arriba y trato de elegir los torneos, no me gusta elegir tantos torneos seguidos. Eso me hizo sentir bien mucho tiempo. Este es un deporte que te rompe la cabeza. Es de muy alta competencia. Viajes, torneos, entrenamiento, todo eso te hace explotar. Hasta puede haber partidos que te pueden quebrar. O a veces es el desgaste de muchos años. Me he comido broncas con algunos partidos, pero nunca como para largar todo. Me acuerdo de la derrota en la final del Wimbledon de 2002, contra Hewitt, pero tampoco fue para tanto. Tampoco uno se la cree cuando te salen las cosas bien, cuando gané torneos importantes.

    –Analizando estos 10 años de carrera, ¿qué conclusiones sacás?
    –Estoy muy satisfecho.

    –¿El que dijo que podías ser el 1 de mundo te dio un elogio o te puso una cruz?
    –Los argentinos son exitistas y siempre quieren más y no valoran lo que tenemos. Siempre apunté a ser el 1, pero nunca me quitó el sueño. Son pocos los que llegan a ser el 1 del mundo. No es para cualquiera. Y los que no lo lograron no tienen por qué ser despreciados. Yo voy semana a semana.

    –No son pocas las veces que se escuchó que no dabas el 100 por ciento el tenis, ¿qué pensás?
    –Nadie se mantiene 10 años arriba sin entrenar todo lo que hay que entrenar. O sin sacrificarse todo lo que hay que sacrificarse.
    Esa virtud suya para mantenerse arriba en el ranking, tal vez se pierde de vista por su estilo para vivir fuera del Mundo Tenis: nadar con tiburones, hacer jumping, divertirse con amigos en el carnaval de Gualeguaychú, manejar autos de rally y ser más frontal que diplomático con la prensa.

    Porque David vio cómo los legionarios fueron subiendo, bajando, apareciendo y desapareciendo en estos 10 años, mientras él no salía de los 20 primeros puestos. “Es un orgullo para mí. También valoro haberle ganado a los que están arriba del ranking. Y quiero volver a hacerlo cuando vuelva”, manifestó respecto a su meritorio récord contra los seis que lideran el escalafón: a Federer le ganó 8 veces (algo que supera sólo Nadal), a Rafa dos; a Murray dos; a Djokovic una; a Roddick dos y a Del Potro tres.

    Día a Día le pregunta por el mejor momento de su carrera , pero él mira al futuro. “Voy a volver para lograr los objetivos que me plantee siempre: un Grand Slam, la Davis y seguir arriba en el ranking”, anuncia el Nalbandian de 27 años, al que nunca se le apagó el fuego sagrado que tenía cuando era el chico que jugaba en las canchas en las que hoy juegan todos los cordobeses.

    Link: http://www.diaadia.com.ar/?q=content/nunca-me-quito-el-sueno-ser-el-numero-1-0

      Fecha y hora actual: Vie Nov 22, 2024 3:37 pm